miércoles, 21 de marzo de 2007

La agenda de los medios



Mario Ramos

Es un lugar común señalar que en la actualidad la política es imposible hacerla sin la participación de los medios de comunicación, que todo lo que sabemos de la política y de sus actores, lo conocemos a través de la prensa, la radio, la televisión y recientemente el Internet. En esta tarea participan activamente tres actores: Los políticos, los medios y la opinión pública, los tres buscan fijar los temas de la discusión pública, los temas que deben ser del dominio público y por lo tanto los que deben debatirse.

En este sentido, los políticos tratarán de elaborar presentaciones, discursos, anuncios de programas de gobierno y políticas públicas que logren atraer la atención de los medios para que los destaquen en sus espacios informativos y de opinión. Por ejemplo, la estrategia de comunicación de Felipe Calderón claramente se ha centrado en establecer ante los medios y la opinión pública el tema del combate al crimen organizado y a él posicionarlo como un presidente decidido, firme y eficaz en el combate a la inseguridad pública.

Salvo por el asunto del incremento al precio de la tortilla y de algunos otros productos básicos para la sociedad y las absurdas declaraciones de Fox en torno a su revancha personal con López Obrador, Felipe Calderón ha tenido éxito en fijar los temas que los medios han destacado y que la opinión pública ha reconocido como asuntos que han sido abordados de una manera satisfactoria para la población.

Otro exitoso caso del buen manejo de los medios de comunicación durante el gobierno es el de López Obrador, ya que tuvo el acierto de fijar en reiteradas ocasiones los temas a los medios y a los demás actores políticos, todo ello en gran medida atribuible a sus conferencias de prensa que tenía a diario a las seis de la mañana. El logro fue que los medios de comunicación, como los noticiarios radiofónicos que inician sus transmisiones a las seis de la mañana, ya retomaban las declaraciones que minutos antes el jefe del gobierno había hecho o en ocasiones se transmitían en vivo. Y para su buena suerte, en reiteradas ocasiones Vicente Fox salía a declarar en torno a los temas que López Obrador establecía. Incluso se daba el lujo de frenar un tema y no dar más declaraciones al respecto cuando a él más le convenía. Sin duda tuvo una estrategia de comunicación muy eficaz que logró posicionarlo como el principal y más reconocido aspirante a la Presidencia de la República en todas las encuestas durante varios años.

No sucede lo mismo en el caso del recién desempacado gobernador Emilio González Márquez, quien en los pocos días que lleva al frente del gobierno del estado ha sido incapaz de fijar temas relevantes en los medios, de fijar los temas de su interés. En esto, los medios han cumplido cabalmente con su deber de informar a la sociedad de los asuntos que los gobernantes desearían que permanecieran ocultos. Nepotismo, gastos excesivos, lujos, etc.

Por ejemplo, en la primera semana de su gestión, los medios revelaron que sus hermanos y su cuñada ocuparían importantes cargos en el gobierno y que incrementarían sus ingresos personales sustancialmente. La siguiente semana destacaron como el tema principal relacionado con él, la construcción de la cancha de squash en Casa Jalisco, y fue hasta el lunes pasado que permitieron el acceso a los medios de comunicación para que corroboraran que ahí –al menos actualmente, no sabemos si antes era así– no se estaba construyendo cancha alguna. Al día siguiente surgen de nuevo los señalamientos de nepotismo, al darse a conocer que el Code tendrá una nueva dirección general administrativa con amplios poderes y el control de los recursos encabezada por el cuñado del gobernador.

En esta pugna por establecer los temas de interés público, sus propios compañeros de partido, pero no de la misma corriente interna, como son Eduardo Rosales y Jorge Salinas, han puesto temas incómodos para él, por ejemplo, las declaraciones donde han cuestionado la creación de las súpercoordinaciones de Herbert Taylor y Alonso Ulloa.

Cabe reiterar la importante labor que varios periodistas jaliscienses han adoptado durante los primeros días del sexenio de Emilio. Ya que se han dado a la tarea de investigar y denunciar los excesos del nuevo gobierno, ese es el rol que los medios de comunicación deben jugar en un sistema democrático, deben ser un contrapeso responsable de los poderes constituidos y de facto a favor de la sociedad. No debe ser la prioridad de los periodistas presentar los logros y avances de una gestión gubernamental, para ello los gobiernos cuentan con exagerados presupuestos para difundirlos. Considero que es sano para nuestra incipiente democracia que los medios privilegien la investigación, el análisis crítico, la denuncia, la búsqueda de la transparencia en el ejercicio gubernamental. De que fijen la agenda, una agenda que debe coincidir con las expectativas de los ciudadanos.

http://www.lajornadajalisco.com.mx/2007/03/21/index.php?section=opinion&article=002a1pol

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