jueves, 6 de septiembre de 2007

IFE: ¿Renovación o remoción?

Tonatiuh Bravo Padilla

6 Sep. 07

Lamentable espectáculo están dando algunos consejeros electorales, en particular su presidente Luis Carlos Ugalde, quien en un afán incomprensible para su inteligencia, se aferra al cargo pensando que con ello obtendrá mayor legitimidad con el mero paso del tiempo.

El Consejo General del IFE debe renovarse. Con independencia de quienes creen o no que hubo fraude electoral el 2 de julio, el hecho es que hay un consenso generalizado, aún entre buena parte de los propios panistas: el Consejo General del IFE y su presidente no estuvieron a la altura de la circunstancias ni dieron el ancho. El hecho es que hoy carecen de la credibilidad necesaria y no son autoridad en la materia, pues ni el Poder Legislativo, ni los demás actores políticos involucrados les tienen confianza.

Ugalde dice defender la autonomía del IFE, ¿Por qué razón no defendió esa autonomía frente a Fox, quien públicamente usó a la Presidencia de la República facciosamente para apoyar a su candidato, y además lo ha reconocido abiertamente?

El Consejo General del IFE falló abiertamente en cuestiones fundamentales: no paró o no quiso parar a los organismos empresariales como el Consejo Coordinador Empresarial, que abiertamente contrató publicidad electoral de manera ilegal y fue artífice de la guerra sucia contra uno de los candidatos.

Calificó como legales spots televisivos y de radio que a la postre fueron impugnados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sólo que más de 30 días después de que hicieron sus nocivos efectos.

El presidente del IFE envió un oficio a través de fax a los 300 distritos electorales, en donde les prohibía hacer el recuento de votos a sus Consejos, cuando el Tribunal calificó de absurda y errónea esa decisión, pues es precisamente el lugar para adecuado para llevarla a cabo.

En forma imprudente y controvertida, Ugalde ocultó relaciones personales de madrinazgo matrimonial de su esposa con la esposa del candidato Felipe Calderón, que le involucraban indebidamente a favor de ese candidato.

El Consejo General del IFE fue conformado bajo la coordinación de quien entonces fungía como coordinadora de la Fracción Parlamentaria del PRI, Elba Esther Gordillo, quien en acuerdo con el PAN votó la lista de consejeros en la Cámara de Diputados excluyendo cualquier posibilidad de aceptación de aquéllos propuestos por el PRD u otras fuerzas sociales y políticas. El problema es que ella misma fue el artífice de una operación de apoyo hacia ese mismo candidato.

Habría más de una decena de casos entre jurídicos y políticos que se podrían enumerar como fallas y equívocos garrafales del Consejo General del IFE, por lo cual es necesario su relevo. Así como en las dos ocasiones anteriores ese relevo fue entendido a cabalidad por los actores involucrados, hoy es necesario que los consejeros entiendan que se requiere un nuevo acuerdo y una nueva institucionalidad que le reintegren la confianza a la gente y a los actores en los procesos electorales.

En cualquier encuesta hoy casi el 50 por ciento de la población considera que en la anterior elección hubo fraude y eso no es cualquier cosa. Con tiempo y acertada actuación, el IFE debe renovarse para preparar las próximas elecciones federales, de otra manera, no hay árbitro confiable, pues el Consejo General del IFE actuó como si el fraude hubiese existido.

Por estas razones elementales, el presidente y los demás consejeros deben aceptar la renovación, de otra forma técnicamente sería renovación, pero políticamente implicaría una remoción.

tonatiuhb@congreso.gob.mx
http://www.mural.com/editoriales/nacional/388/775297/default.shtm

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